‘Un Gobierno de mínimos sin hoja de ruta’
Después de más de año y medio de gobierno de Ada Colau como alcaldesa, se le debe de reconocer un gran mérito, conseguir que toda oposición coincida en que el actual gobierno no ha hecho absolutamente nada, más allá de encadenar moratorias y generar polémicas continuas como cambiar nombres de calles. Una alcaldesa que recurre a la gesticulación permanente, únicamente para tapar sus propias carencias de gobierno. ¿Recuerdan que Colau empezó el mandato con dos fotografías? La primera, la nueva alcaldesa subida en el metro como una barcelonesa más, para luego no bajarse de los coches oficiales que prometieron suprimir. La segunda paralizando desahucios, pero lamentablemente un año y medio después los desahucios siguen siendo una realidad en nuestra ciudad, y además también se promueven desde el propio gobierno municipal en viviendas sociales del Ayuntamiento de Barcelona.
El PAM, el PAD y los presupuestos son las principales herramientas que deben determinar las medidas más importantes para Barcelona y sus distritos. Tras el rechazado del PAM, los Presupuestos y las Ordenanzas Fiscales por parte de la oposición, el gobierno de Colau se queda al borde del precipicio. A pesar de hacer un proceso participativo con escasa participación, el gobierno municipal no ha escuchado muchas de las demandas que se le han hecho para incluir en el PAM. Un gobierno de mínimos que actúa como si tuviera mayoría absoluta, cerrando el diálogo al resto de partidos y vecinos.
Sant Andreu tiene muchos proyectos pendientes y necesidades que cubrir, no solo lo que se debería haber iniciado, sino todo aquello que se trasladó unilateralmente al próximo ejercicio presupuestario. Prueba de ello son las actuaciones pendientes en temas tan vigentes y sensibles como: la instalación de ascensores para personas con dificultad de movilidad, los problemas de seguridad y robos en distintos barrios, el Centro de Servicios Sociales en Porta Trinitat, el Centro de formación profesional en Baró de Viver, el IES Martí Pous a Sant Andreu, el CEIP La Maquinista, el Casal de la gent gran Bon Pastor, la reubicación del Casal de gent gran Trinitat Vella, entre otros…
Es presumible que para justificar esta pasividad se alegará la falta de recursos suficientes o el hecho de tener que trabajar con un presupuesto prorrogado. Afortunadamente los ciudadanos, cada vez en mayor medida, comienzan a saber qué se esconde tras las justificaciones tan generalizadas que solo sirven para tratar de ocultar una innegable incapacidad de gestión. A día de hoy, hemos de reconocer que hemos sido incapaces de entender las prioridades del actual Gobierno, fijándonos en lo poco que se ha hecho. En definitiva, según se dice no se dejan de hacer cosas pero cuando uno entra en el contenido, resulta que no se ha hecho absolutamente nada. Esta es la única verdad.